
Tras una breve parada para el desayuno alcanzamos nuestro primer destino, la capital leonesa del vino: Toro, colgada 100 metros por encima de nuestro compañero de fin de semana, el Duero, donde disfrutamos de la Colegiata, visitamos el centro, la torre del reloj y dimos un paseo.


De allí partimos al hotel Don Sancho en Zamora, comimos y realizamos la visita a la capital del románico esa misma tarde, pateamos sus calles, disfrutamos de sus templos, parques y castillo y volvimos a descansar al hotel.


Comimos maravillosamente en el restaurante El Mirandés tras visitar el casco histórico de Miranda do Douro, Portugal, capital del dialecto leonés llamado Mirandés, y partimos camino del hogar tras dedicar un rato a compras y cafés, no sólo de arte nos ocupamos...
Tras una parada técnica, volvimos a nuestro punto de partida, más grandes en experiencias y conocimientos y encantados de disfrutar de la desconexión que el ocio nos proporciona y en grata compañía.

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