Un sol templado hace presagiar una magnífica tarde en buena compañía.
Una vez en el punto de encuentro y comprobado que no falta nadie, nos dirigimos a nuestra primera parada: "El Panteón de España".
Allí disfrutamos de las magníficas esculturas fijándonos en los detalles de cada una de ellas. Aprendimos el significado de los símbolos funerarios y conocimos algunos hechos de la vida de los personajes relevantes que allí se nombran.
En el patio interior nos sorprendió mucho ver una figura semejante a la estatua de Nueva York, pero más antigua.
Después tiempo para el descanso y el coloquio alrededor de un buen café.
Nuestro siguiente punto: "La Basílica de Nuestra Señora de Atocha" donde conocimos su historia y la costumbre de la Familia Real de presentar a sus vástagos ante la Virgen.
En el interior del templo nos recibió, desde lo alto, la maravillosa imagen de Nuestra Señora de Atocha, tan pequeña y tan morena, mientras que el niño en su regazo nos bendecía.
Nos despedimos de la Basílica no sin antes saludar al Cristo de los ferroviarios y a la Virgen de las Candelas, que celebraba su día.
Volvimos a casa cuando el sol se había ocultado, felices de haber disfrutado y esperando la próxima salida.