Charla - coloquio del Día de la Mujer
EL DUELO: Es una palabra que tiene la misma raíz que “dolor”
(“dolus”) y el diccionario nos dice que el duelo es “pena o aflicción”, en
primer lugar; luego añade que también es el “pesar por la muerte reciente de
alguien”.
LA PÉRDIDA: En sentido un poco más amplio, y
tal y como lo queremos tratar aquí, el duelo sería la situación de tristeza que
acompaña a cualquier pérdida
significativa en nuestra vida, es decir, cuando la vida nos arranca a
alguien (o algo) que para nosotros es importante.
En un pequeño trabajo que hice
hace años sobre las pérdidas que diversos grupos de personas consideraban
importantes, las ¾ partes señalaron la
muerte de un ser querido, y, el mismo porcentaje, las pérdidas afectivas (pareja, amigos); casi la mitad, señalaban a
continuación la pérdida de proyectos
vitales; una tercera parte, la pérdida
de trabajo y/o problemas económicos; por último, la quinta parte señalaron
los problemas de salud. En
definitiva, “salud, dinero y amor”, como cantaba el viejo bolero, a lo que
podíamos añadir “el sentido de la vida”
SIGNIFICADO DEL DUELO
El duelo, ante todo, es señal de aprecio y amor: nos duele aquello que
nos importa, no lo que nos deja indiferentes. Es señal de que estamos vivos y
de que somos seres humanos. Como dice Bermejo, “el duelo reclama zurcir los rotos del corazón… sanando
con paciencia la nueva vida”, lo que requiere un tiempo. Eso es lo que se llama
“elaborar el duelo”, el camino que hay que recorrer desde que esa pérdida irrumpe
en nuestra vida y nos la descoloca, hasta que volvemos a encontrar el necesario
equilibrio para vivir.
Ese camino es único y personal, sólo
lo puede recorrer la persona que sufre y cada cual lo vive de una manera
distinta, pero no es lo mismo hacer un duro camino con nuestras solas fuerzas que
apoyados en un buen bastón o, mejor aún en alguien, que sea capaz de acompañarnos.
¿QUÉ ES ACOMPAÑAR?
Acompañar, en el sentido que aquí
queremos utilizar, (volvemos al diccionario) es “ir o estar con alguien”,
“participar en un sentimiento (de pena o de alegría) de otro”.
ES, BÁSICAMENTE:
Saber ponerse al lado, estar.
PRESENCIA
Compartir sentimiento, comprender y consentir la
tristeza del otro
COMPRENSIÓN
Amoldar nuestro paso al suyo
ACTUACIÓN
NO ES:
·
Sustituir a la otra persona en sus decisiones
·
Aconsejar sobre lo que debe o no debe hacer
·
Imponer ritmos o formas de afrontar la
situación, que son nuestras, pero no las de quien sufre.
·
Mucho menos juzgar sobre lo correcto o lo
incorrecto de las manifestaciones de dolor
Ante alguien que sufre, suele
haber un movimiento espontáneo de intentar ayudar de alguna manera, pero un acompañamiento
que ayude pide tener en cuenta algunas cosas sencillas, que vamos a ver ahora.